Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.

Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.

Quino

Quino

2 oct 2008

Lanzan otro lockout para no perder la costumbre

La protesta comienza el viernes a primera hora y se extenderá hasta el miércoles. No venderán granos ni carne. Habrá actos en distintos pueblos del interior y una movilización al Congreso para el miércoles, donde montarán una carpa.
Las retenciones móviles que supuestamente ponían en jaque la rentabilidad del campo ya no están, pero las entidades rurales decidieron ayer convocar a un nuevo lockout que se extenderá desde la primera hora del viernes a la medianoche del miércoles. No venderán granos ni carne. También están previstos actos en distintos pueblos del interior y una movilización al Congreso para el miércoles, donde un día antes armarán una carpa con organizaciones sociales y partidos de izquierda. Afirman que no cortarán rutas, pero en marzo habían dicho lo mismo y los bloqueos terminaron siendo la característica distintiva de la protesta. Lo que reclaman ahora es una nueva baja de las retenciones, que se autoricen aumentos en los precios del ganado, la leche y el trigo, ayuda estatal para enfrentar la sequía y la flexibilización de las regulaciones que aplica la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). “En un momento donde la crisis financiera internacional está generando condiciones que no sabemos dónde van a terminar, esta medida de protesta ayuda muy poco al país”, aseguró el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, al conocer la decisión.

La Mesa de Enlace informó que la medida se consensuó luego de no haber recibido respuesta a ninguno de los planteos realizados en la reunión que mantuvieron la semana pasada con el propio Cheppi. Este funcionario había declarado el lunes que el Gobierno estaba evaluando cambios en el régimen de retenciones y la implementación de un paquete de ayuda para los productores afectados por la sequía. Sin embargo, los empresarios igual confirmaron el cese de actividades comerciales, porque desconfían de la voluntad oficial para introducir cambios en la política agropecuaria. En los últimos días habían evaluado la posibilidad de no convocar al “paro” para no perjudicar a quienes venden productos perecederos y hacienda proveniente de la zona de sequía, pero luego resolvieron ese punto al exceptuarlos de la medida.

“Si el Gobierno se comunica con nosotros antes o durante la protesta evaluaremos la situación, pero no vamos a reunirnos para tomar café y darnos besos en la mejilla. Queremos soluciones concretas”, aseguró el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati. Al defender la vuelta al lockout, sostuvo que “no se puede desconocer el agravamiento de la situación de los productores por el alza de costos, ligada a los precios del petróleo, y la caída de precios internacionales por la crisis financiera mundial”. Resulta llamativa la mención de Biolcati sobre el supuesto impacto que está provocando el precio del petróleo en los costos del sector, pues cuando los productores levantaron el último lockout el crudo rozaba los 140 dólares y ayer cerró a 100.

En una conferencia de prensa brindada en Casa de Gobierno, luego de analizar la situación con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Cheppi criticó la decisión de las entidades del agro. “No la esperábamos. Nos reunimos la semana pasada, y habíamos abierto la posibilidad para volver a encontrarnos esta semana”, sostuvo. Luego se mostró preocupado por el impacto que puede llegar a tener la protesta en el contexto actual de crisis financiera internacional. El titular de la Oncca, Ricardo Echegaray, fue mucho más duro. “Dimos pruebas de que queremos cambiar la política agropecuaria para beneficiar a los que trabajan en el campo. La mayoría de los integrantes de la Mesa de Enlace viven de lo que produce el campo, pero no trabajan en el campo”, remarcó.

Los ruralistas piden una baja adicional de las retenciones a las exportaciones y aumentos en los precios de la carne, la leche y el trigo. Al igual que durante el lockout anterior, sostienen que pierden plata, pero no hay estudios que avalen sus dichos. Por ejemplo, actualmente los productores están cobrando 1,045 por cada litro de leche. El pago equivale a 33 centavos de dólar, 60 por ciento más que los 21 centavos que percibían en el mejor momento de la década del ’90, con la economía dolarizada. Ese ingreso les garantiza una rentabilidad del 30 por ciento a los tamberos del oeste de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y la provincia de Córdoba, según datos de la revista especializada Márgenes Agropecuarios. Obviamente, hay unidades productivas de zonas marginales que son más pequeñas e ineficientes, pero en lugar de pedir que se atiendan esas situaciones particulares reclaman que se les pague 1,30 peso a todos.

También cuestionan la regulación que ejerce el Estado a través de la Oncca. Luciano Miguens afirmó dos días antes de abandonar la presidencia de la Sociedad Rural que Cheppi “tendría en forma urgente que empezar a limitar las funciones de la Oncca hasta hacerla desaparecer”. Carbap se sumó el lunes a las críticas al cuestionar “los manejos tendientes a condicionar, desalentar e impedir el normal desenvolvimiento de la actividad productiva y comercial” y ayer la Mesa de Enlace volvió a insistir con el tema al incluir entre los motivos que llevaron al lockout “la normativa regulatoria distorsiva”. Desde la Oncca respondieron a través de un comunicado que la entidad “no está para cuidar los intereses de aquellos que se resisten a estar en regla”.

Además de formular reivindicaciones sectoriales, la Mesa de Enlace expresó ayer que está articulando acciones con la Corriente Clasista y Combativa, la Federación de Tierra y Vivienda Disidente y el Movimiento Socialista de los Trabajadores, entre otras organizaciones. “Hemos decidido converger en el reclamo de un presupuesto federal al servicio de la gente porque queremos un país distinto”, aseguró el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, uno de los que más se esfuerza por revestir sus acciones a favor de los empresarios sojeros con un discurso social de centroizquierda, a tono con sus aspiraciones políticas. Esas acciones conjuntas incluirán el armado de una carpa en la Plaza del Congreso el próximo martes.
Por Fernando Krakowiak
fkrakowiak@pagina12.com.ar

Reflexiones sobre el regreso del lockout
Pagina12(01/10/08)

El peor momento

“Con este nuevo lockout, la Mesa de Enlace está expresando un brutal desconocimiento del sentido de la oportunidad que tan bien habían interpretado anteriormente. Ahora, en cambio, muestran su verdadera hilacha a las masas urbanas medias y bajas que, en un momento de crisis financiera global, no van a aceptar que un sector de los más enriquecidos de los últimos años anteponga sus intereses corporativos a los de los asalariados y trabajadores. Esto no es marzo del 2008, cuando los poderes mediáticos, principales instaladores de opinión, no hicieron mención alguna que anticipara lo que estaba sucediendo en el centro del capitalismo mundial, generando un estado de inconsciencia alarmante en las clases menos pudientes. Los errores del oficialismo no justifican que ‘el campo’ se plantee como el principal damnificado en la Argentina actual. Deberían aceptar de una buena vez su rol central en la dependencia económica del país y dejar de preocuparse como siempre por su mero interés elitista. El Gobierno, por su lado, se equivoca al no generar un ámbito de diálogo que obligue a las entidades agrarias a limitarse a lo netamente técnico, desestimulando sus ambiciones políticas. La negociación debe hacerse en la Secretaría de Agricultura, no en el Ejecutivo o en el Congreso. No hay que darles oportunidad de politizar sus reclamos porque eso conduce a un conflicto similar al desatado anteriormente.”

Norma Giarracca- Profesora titular de Sociología Rural (UBA).

Debilitar al Estado

“En el lockout anterior se buscaba el debilitamiento del Estado y, ahora, el objetivo es exactamente el mismo. Pretenden retornar a un país que fue un paraíso para el enriquecimiento oligárquico, pero que sólo significó marginación política y social para los sectores populares. Para estas corporaciones, incluso para la Federación Agraria, en el Estado debe primar la pasividad. Su utopía es el caduco Estado liberal. Además, tan poco respeto tienen por la democracia que ni siquiera tienen el pudor de no elegir en la Sociedad Rural a un golpista como Hugo Biolcatti, que había expresado que en caso de que el Congreso aceptara la ley de retenciones, éste debía disolverse. Existe una conexión de proyecto e intereses entre la derecha ecuatoriana con núcleo en Guayaquil, la de la Media Luna boliviana y la derecha local, que se deciden a atacar casi simultáneamente a gobiernos elegidos y sostenidos por la voluntad popular. No obstante, más allá de las intenciones oligárquicas, no creo que este lockout tenga la incidencia y despliegue en la sociedad que tuvo en aquellos cuatro meses. La clase media no va a aceptar nuevos desabastecimientos. El Gobierno está cometiendo errores, pero debemos contextualizar esas equivocaciones. La falta de un movimiento popular fuerte es un hecho central que explica ciertas limitaciones en cuanto a las políticas de justicia social del kirchnerismo.”

Rubén Dri -Filósofo, profesor consulto en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

Cuidado, no hagan burbujas

Viéndolo en forma desapasionada, se diría que el plan de estabilización votado ayer consiste en envolver el impacto de la explosión de la burbuja inmobiliaria dentro de una burbuja mucho más grande. Desapasionada, aquí, quiere decir no entrar en la lógica de la desesperación alimentada por el discurso “urgente” de Bush, que buscó convencer por la vía del pánico a los estadounidenses –congresistas incluídos– y al mundo de la necesidad de apoyar el paquete, sin contemplar sus razones ni el origen del problema. Pánico expresado en discursos de tono dramático, como el del pasado 19 de septiembre, enunciando “tenemos que actuar ahora para proteger la salud de nuestra nación, amenazada por riesgos graves”. Y que fue subiendo de tono al correr los días sin una respuesta positiva.

Volviendo a lo de las burbujas superpuestas, los 850 mil millones votados ayer no están orientados a atacar el problema real. Por el contrario, se diría que lo agravan. Y a muy corto plazo, en cuestión de semanas. Esto, si se entiende que el problema real es que Estados Unidos se armó, para sí y para el mundo, un sistema financiero divorciado de la actividad productiva, un sistema que dejó de estar al servicio de la creación de riqueza y que, en cambio, creó un maravilloso mecanismo de multiplicación de dinero para quienes pudieran aprovecharlo.

El asunto es que, como paralelamente no se creaba una riqueza semejante a esa acumulación, sólo podían estar sucediendo dos cosas: se estaba asistiendo a una fabulosa transferencia de riquezas en favor de los “jugadores más afortunados” en la ruleta o se estaba creando un capital ficticio (papeles y activos que no valían lo que decían valer). Lo que sucedió fue una perversa combinación de ambas.

¿Cómo pudo pasar, y justo en el corazón del capitalismo? Las hipotecas basura son apenas la punta del iceberg: el aliento hasta la alienación de la compra de viviendas por parte de quienes no tenían con qué pagarlas (o de varias por parte de quienes no podían llegar a poseer más de una), con la ilusión de que las casas “se pagaban solas”, por una suba en su valorización que iba a superar largamente el costo del crédito obtenido para comprarla con hipoteca. Pero otros muchos negocios ilusorios se fueron armando siguiendo la misma lógica: comprar sin plata, endeudarse y esperar multiplicar la inversión inicial tanto que iba a permitir cancelar la deuda y quedarse con el capital adquirido.

Para hacer factible el mecanismo, los intermediarios del negocio (bancos de inversión, sociedades de crédito, aseguradoras, fondos de riesgo) se valieron del comercio electrónico para poder multiplicar al infinito las operaciones y reducir a segundos su concreción. La virtualidad hizo creer que multiplicando las operaciones se reducía el riesgo. Pero pasó lo contrario, porque el inversor en este juego se vio obligado a actuar como jugador adicto: a más apuesta, más necesitaba ampliar la masa de dinero en juego. Pero un día, la carroza volvió a ser calabaza, como en el cuento.

El plan que ayer votó el Senado no dice cómo desarmar esta terrible maquinaria. Por el contrario, aceita las piezas respaldando a las entidades (apostadores) que jugaron fuerte y perdieron. Los compradores de viviendas y depositantes, que le prestaron la plata para su aventura, ahora deben creer en la “solvencia” del sistema y soñar así con recuperar lo suyo.

El plan no resuelve la ficción sincerando la verdadera contabilidad bancaria. Por el contrario, la encubre, diciendo que entidades quebradas son confiables. El costosísimo valor enunciado sólo intenta hacer más contundente el argumento con el que se encubre el problema real. La bien actuada situación de pánico por parte de la Administración (Bush, Paulson y Bernanke en la primera línea) es funcional a la solución (¿solución?) ensayada. Y además, para poder darle salida a la ley, recurrió a una ficción todavía mayor, sin sonrojarse siquiera por lo ilógico del planteo: la enorme partida de 850 mil millones de dólares que costará no se pagará con más impuestos, sino que los contribuyentes pagarán menos impuestos. Hasta habrá desgravaciones para ciertas inversiones en energías alternativas. El plan, así, no sólo es inofensivo, sino que además suena limpio, no contaminante.

Si así fuera, el rescate se estaría pagando con una fabulosa emisión de dólares, lo cual convertiría a la moneda estadounidense, precisamente, en la nueva burbuja. La futura burbuja que estalle podría ser la del dólar, de allí que haya quienes se aventuren a pronosticar el fin de la hegemonía monetaria estadounidense.

Pero a no alarmarse, que el gobierno más poderoso del mundo es el que está al mando. Y no hay por qué no creerle: es el mismo que nos alertó a tiempo sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Por Raúl Dellatorre-Pagina 12 (02/10/08)

Socialismo para los ricos

Que la crisis financiera ha traspasado directamente, por primera vez de modo tan nítido, el ámbito de la aristocracia bancaria y ha llegado al conjunto de los ciudadanos lo demuestran las primeras reacciones en la calle contra el plan de rescate de Bush. En las manifestaciones a las puertas de la Bolsa de Nueva York se ha calificado esta solución de ayuda al sector financiero como “socialismo para los ricos, liberalismo para los demás”, tan familiar a los neoliberales, como enseña la historia, en todas las mutaciones de idéntica índole.

Los ciudadanos se encuentran inmersos en el clásico dilema del prisionero de la teoría de juegos (William Poundstone, editorial Alianza, 1992), un modelo de conflictos muy frecuente en la sociedad: cada jugador, de modo independiente, trata de aumentar al máximo su ventaja sin importarle el resultado del otro jugador y, sin embargo, ambos jugadores obtendrían un resultado mejor si colaborasen; desafortunadamente para los prisioneros, cada jugador está incentivado por sus propios intereses (en este caso económicos) para defraudar al otro, incluso tras prometerle colaborar.

Los ciudadanos se han encontrado en el dilema de apoyar la intervención o la barbarie. Por hacer unas comparaciones cercanas: si el rescate se elevase finalmente hasta un monto total de 700.000 millones de dólares, equivaldrá a vez y medio el costo de la guerra de Irak (sin tener en cuenta los gastos colaterales de la última, estudiados por Stiglitz); la ayuda a Africa, comprometida en la ONU pero no desembolsada por las potencias donantes, será tan sólo una décima parte del monto de esas ayudas al mundo de las finanzas.

Por Joaquín Estefanía-Página12.(30/09/2008)

Mas patria sojera...y los cuatro jinetes del Apocalipsis

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Del Blog: El galpón del Fafu